Según la OCDE, el sector agrícola de Colombia encierra un gran potencial; sin embargo, no está exento de desafíos, incluida su modernización. En este sentido, la tecnología de SIMA, la startup latinoamericana agtech, que ahora aterriza en el país, puede hacer la diferencia.
Gracias a sus más de 6.5 millones de hectáreas digitalizadas en América Latina, SIMA recolecta en tiempo real, a través de funcionalidades inteligentes, un mar de datos útiles, que, una vez analizados, pueden ser utilizados por agricultores para tomar mejores decisiones. Es, a la vez, una app para registro de datos en campo y una plataforma web de gestión. Esta empresa fue la ganadora del primer lugar en la categoría agtech del concurso Agstar, en la Expoagrofuturo en Bogotá en octubre pasado. La competencia analizó a más de 200 startups latinoamericanas, sobre las cuales SIMA destacó por su propuesta innovadora.
Entre sus funcionalidades, SIMA se encarga de emitir alertas para los agricultores al monitorear cultivos y detectar amenazas. Por ejemplo, si una determinada eventualidad escala a más del 50% de un lote determinado, se avisa al resto de los agricultores que tienen cultivos en la zona, en un radio de hasta 50 kilómetros a la redonda. De esta manera, se crea una dinámica de ayuda dentro de una comunidad de productores de la región.
“SIMA fue creada con el objetivo de hacer mucho más simple la digitalización de información en el agro, que sirve para facilitar y mejorar la toma de decisiones. Nuestra plataforma es utilizada por la industria, ingenieros agrónomos y productores agropecuarios”, explica Mauricio Varela, cofundador y director para Latinoamérica en SIMA.
SIMA también permite llevar un registro de las máquinas utilizadas para la siembra, con sus tiempos y asignaciones, el cual es accesible en la plataforma para todo el equipo, y también permite realizar un conteo de plantas o llevar el control de cultivos enfermos a partir de fotografías. Todo esto resulta revolucionario en el contexto de Colombia, donde el 74.1% de los hogares campesinos se considera pobre, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad de Vida 2022 del DANE. La tecnología de SIMA ayudaría a prevenir amenazas, aumentar la producción y mejorar la calidad de los cultivos, lo cual impulsará el desarrollo de la zona rural. Esta protección de los cultivos resulta urgente en un sector bajo amenaza constante de inviernos crudos, inundaciones, y aumentos de precios de insumos por una inflación que ha llegado hasta el 27% anual.
Por otro lado, la falta de conectividad en zonas rurales no sería un obstáculo, ya que SIMA funciona 100% offline: pueden tomarse muestras y recolectar datos sin necesidad de internet, y estos se sincronizan automáticamente con la nube en cuanto se entre a una zona con conexión. Además de Colombia, la empresa tiene presencia en Brasil, Venezuela, México, Paraguay, Bolivia, Uruguay y Argentina, y los beneficios de su tecnología ya saltan a la vista. Por ejemplo, en Argentina, a través de la plataforma de SIMA, los agricultores pudieron detectar el crecimiento exponencial de maleza. En Paraguay, ayudó a detectar oportunamente brotes de la enfermedad Roya anaranjada. Y en Brasil, ha sido un aliado clave para el control de la cigarrinha del maíz. En Colombia, SIMA ya cuenta con clientes de peso, como Fedearroz, con quienes tiene un acuerdo para llevar su tecnología a los productores arroceros. Y a nivel regional, otros de sus clientes importantes son Nutrien, Lavoro, y Bayer.
Por otro lado SIMA trabaja junto a la Universidad de Maryland y su programa NASA Harvest, para optimizar un algoritmo que le permite estimar el rendimiento de los cultivos con un mes de anticipación y un 80% de efectividad.
“Los productores de Latinoamérica han hablado. Reconocen el valor de la digitalización como primer paso necesario para todo. Debemos agregar valor a cada hectárea, mejorar la comunicación, reducir riesgo y producir más sustentablemente”, comenta Andres Yerkovich, cofundador y CEO de SIMA.
Con la tecnología agrícola inteligente de SIMA, los agricultores colombianos tienen ahora un recurso valioso para detectar problemas a tiempo, compartirlos con sus pares, y tomar las medidas necesarias que lleven a reducir costos, aumentar la producción y mejorar la calidad de los productos.